domingo, 7 de octubre de 2007

GORDITOS BAILARINES


Supongo que luego de asumir uno cierta conformidad con el fìsico y con la gravedad, tambièn vamos tras lo mismo con quienes nos atraen.Consciente de mis limitaciones y de mi abanico de posibilidades, es imposible que desee a un hombre como Brad Pitt, tan definido, esculpido y delgado. O todos esos modelitos cuasi actores. O hasta el mismo Jude Law, noooooooooooo, ni en pedo. ¡Què aburrimiento!

Caso contrario el de hombres altos y robustos, o normales de estatura pero robustazos pues; un Alec Baldwin en sus mejores tiempos, un bien sexy grueso y rollizo Sergi Lòpez, Vince Vaughn chunky como està ahora es ideal y un Lars Von Trier que sì tiene lo suyo.¡Ojo!: los flacos tambièn tienen su lugarcito por aquì y, de ser asì, los prefiero desgarbados, peludos y nada definidos. Un flaco, super flaquìsimo, me adiestrò muy a su modo en las lides màs bajas y suculentas del hedonismo con infinito humor... ese dìa o, mejor dirè que fueron dos, nos refocilamos sin tregua y luego llamò para repetir. Aunque no estuve "a la altura", acusè por las malas -siempre bien recibidas- mañas, pero no estuve capacitada para montar el show estàndar: èl sufriò de una acidez inesperada e incurable en el momento antes de... y yo abandonè la empresa por no querer esperar hasta el momento despuès de. Y todos tan contentos.
Pero, para evitar desencuentros y malos entendidos, generalmente, me voy por un gordito; nunca voy reclutando flacos. Los gorditos son mi equipo.

El gordito te ofrece esa seguridad de no torcerte los ojos si quieres un milhojas con arequipe, màs bien pide otro para no quitarte del tuyo; tampoco se espanta si no quieres subir al Àvila, claro que no, prefiere llevarte a comer pizza old school: grasosa, doble queso y con pepperoni. Un gordito jamàs te insinuarà que comiences una dieta... habràse visto! Con èl, el sexo serà placentero y el retozar càlido y dejarà saber que no eres tù la ùnica persona que tiene rollitos en la intimidad. A mì mis gorditos me abrazan y se sujetan firmes en mi barriguita cuando duermen conmigo. No todos al mismo tiempo... què màs quisiera yo!

Hay unos gorditos bailarines en Sàbado Sensacional en el programa "Bailando con los gorditos". Ser gordito y bailar bien, bailar bien rico, es tener la mitad de la pelea ganada; que cuàl pelea, la del bochorno de ser gordito y patachòn. Eso me quedò de mi padre: "hay que bailar bien porque si no se aburre uno màs que un mono en un bonsai". Y que lo digan ellos. El clip que querìa mostrar no quiere cargarse en este blog, razòn por la cual lo mostrarè en Se vale todo, todito hasta que sea capaz de postearlo aquì.

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